A continuación, os voy a hablar de uno de los problemas más graves que existen en la cría y tenencia de los canarios en cautividad, el peligroso hábito vicioso de picaje y el canibalismo. Por ser uno de los problemas más desagradables de la canaricultura es por lo que me he decidido a escribir este artículo para poder ayudar a todo aquel que en su aviario tenga el mismo problema.
Uno de los más peligrosos incidentes, que pueden poner en apuro la seguridad de un voladero de pichones, es un extraño vicio conocido con el nombre de Pterofagia, que invade a veces a algún ejemplar y que rápidamente puede contagiarse a buena parte de sus compañeros. Como la etimología de su nombre indica, la Pterofagia consiste en el picaje de las plumas de los compañeros próximos, las cuales son brutalmente arrancadas mediante violentos picotazos.
Aparte del retraso y la pérdida de estética que este accidente supone, la pterofagia puede degenerar en una situación de suma gravedad, en caso de que el arranque de plumas pueda producir una hemorragia. En tal extremo, una verdadera fiebre de canibalismo y psicosis invadirá a la gran mayoría de sus compañeros de jaula o voladero, que se lanzarán sobre el atacado succionando el brote de sangre y aumentando con sus picos la gravedad de la lesión. Un canario perfectamente sano, puede así en ocasiones ser atacado y devorada alguna parte vital de su anatomía, por sus compañeros de alojamiento con los que hasta entonces había convivido perfectamente o incluso encontrar la muerte. Las posible causas de este fenómeno, son diversas y en cada raza de canarios puede darse de una forma distinta.
Causas y soluciones del picaje:
- Por lo general, el picaje o pterofagia suele aparecer más en la época de muda, muchas veces por una alimentación defectuosa, es por ello por lo que una buena mixtura, pasta de cría hasta el final del verano, grit, jibia, frutas y verduras en días alternos resulta imprescindible.
- Otra causa del picaje es por una falta de humedad en el ambiente y en los propios ejemplares por lo que está demostrado que un plumaje humedecido o mojado no incita al picaje, es por ello por lo que la bañera a diario o cada dos días resulta vital.
- El hacinamiento es uno de los principales estímulos para estos accidentes, lo constituye el alojamiento de un número de ejemplares excesivo, en relación con el espacio vital que se les destina, en consecuencia evitemos todo lo posible el hacinamiento de los jóvenes canarios, particularmente durante la época de muda. En mi opinión no es conveniente alojar en una jaula de 60 con más de 6 ejemplares o en una jaula de metro más de 10 ejemplares.
- Los ejemplares de color amarillo o píos son más proclives a sufrir ataques por parte de otros ejemplares con plumaje más oscuro, por lo que es recomendable no mezclar en un mismo jaulón ejemplares píos o amarillos con verdes o colores más oscuros
Es aconsejable introducir en el interior de los jaulones un trozo de cuerda de pita en cada extremo en la parte baja del jaulón, dicha medida provocará la distracción de los ejemplares y de esta manera se reduce en parte el picaje entre ellos. Recomiendo atar la cuerda en la parte baja para evitar un difícil pero posible caso de que algún ejemplar se pueda enredar las patas con el trozo de cuerda y quedar accidentalmente colgado de la cuerda. Repito es complicado que pueda ocurrir esto pero por si acaso…
Otra detalle a tener en cuenta es proporcionar a los ejemplares un trozo de tocino en el jaulón. El motivo de esta medida es porque en la espalda de los canarios, existe una glándula que segrega un especie de grasa que los canarios utilizan para acicalarse y darse brillo a su plumaje por lo que al proporcionarles esa grasa en la corteza del tocino, se evita el buscar dicha grasa en el compañero de al lado.
También se puede poner unas bizcocheras llenas de sal gorda en los jaulones ya que los canarios a veces buscan en las plumas de sus compañeros el sabor salado que les proporciona el cañón de la pluma. Seguro que muchos de vosotros habéis visto en la época de muda a al guno de vuestros canarios con alguna pluma en el pico cogiéndola por la parte del cañón, ese sabor salado nos da la explicación.
Para mi lo más importante es junto a la bañera, mantener a los canarios con cierta penumbra, evitando tenerlos a plena luz del día. Unas persianas medio bajadas, unas cortinas, unas trapos oscuros tapando los ventanales suele ser suficiente para reducir en gran parte el picaje. Con esta medida los ejemplares se encuentran más tranquilos, reduciendo la excitación que les resulta la gran claridad y con ello minimizando en gran medida el peligroso picaje. Si el problema termina siendo de extrema gravedad, se puede recurrir a algunos productos existentes en el mercado que se impregnan en la pluma de los ejemplares, y al despedir mal olor y sabor hacia ellos reducen el picaje.
Tan pronto como observemos en un canario el vicio del picaje, es imprescindible separarlo de sus compañeros para evitar en primer lugar que lesione a alguno de ellos y en segundo término que pueda inducir a los demás a imitar su desagradable comportamiento. En cuanto a los ejemplares lesionados, deben ser igualmente apartados, limpiándose perfectamente sus lesiones con agua oxigenada, debe eliminarse todo resto de sangre, para evitar que el propio animal continúe por si solo la labor de destrucción iniciada por sus compañeros.
Ya terminando, decir que el problema del picaje, en casi ningún caso se cura al 100% puesto que mas que una enfermedad, es un vicio que se transmite a todos los ejemplares del jaulón pero si es cierto que siguiendo las medidas anteriormente expuestas, se reduce tanto el problema que se permite atajarlo de una manera bastante contundente y eficaz.
Pues esto es todo, espero que alguno de vosotros que lo lea le pueda resultar de utilidad, con ese fin he escrito este artículo.
Jaime Pizarro Pintado – www.canariculturapizarro.es.tl